domingo, 23 de octubre de 2011

Coto de Villafranca

El Coto de Villafranca es un tramo berciano que aun esconde en sus aguas  de esas pintonas que hacen la delicia de los pescadores más exigentes. Podríamos decir, que este tramo del rio Burbia es de los pocos tramos de cursos bajos que se mantiene en buenas condiciones en la comarca berciana. El Burbia ya pierde su carácter serpenteante y se transforma en un curso de llanura, más amplio y con corrientes suaves y largas tablas. 



Era un día del mes de julio, mientras que desayunaba ya estaba planeando la jornada. Lo tuve claro, empezar por encima del límite inferior y patearlo entero, quizás me llevase mucho tiempo, pero es lo mejor en un coto como este, que apenas tiene dos accesos claros, uno en la zona baja y otro en su límite superior, en la localidad de Villafranca, y es allí donde se decanta la mayor parte de la gente por pescar, por la facilidad con la que se accede al cauce. Conocedor de la zona, estaba claro que si comenzaba a primera hora abajo, tendría el rio para mí solo en su tramo medio, un tramo con mucha vegetación y sin salidas próximas, pero donde están las mejores zonas de pesca.
Ya vestido, y metido en faena, pronto me di cuenta que a la seca ni caso, por estas latitudes, en ocasiones hasta que llegan las 10:30 - 11 de la mañana no empiezan a comer arriba.
Así que no me lo pensé dos veces y me puse con un tándem formado por un trico y un pequeño perdigón. Llevaba media hora con la seca, estaba claro que me había equivocado, al tercer lance con el tándem, veo hundirse el trico, era la primera, y la más grande de la jornada.


Continué rio arriba, sacando una de aquí y otra de allí, pero todas con la ninfa. No sería hasta media mañana cuando la primera me subió al tricóptero jarupiano, y a partir de ahí como si hubieses recibido la orden de tan solo comer arriba. Muchas truchas, de tamaño medio y pequeño, cuando en el Burbia se deciden a comer, el pescador se ve asombrado por la cantidad de truchas pequeñas que tiene este rio. Los tricópteros en tamaño medio y de colores oscuros suelen ser buenas elecciones para pescar en esta zona durante los meses de verano.




En estos escenarios en los que las zonas sombrias dan pasos a zonas de sol y viceversa, es importante contar con moscas que veamos bien, pues en muchos casos tendremos que optar por usar imitaciones con indicadores que nos faciliten verlas, al fin y al cabo, se hace tarea imposible pescar si no vemos nuestra mosca.

Pero como siempre el festival se acabo a mediodía, parece que me invitaban a tirar de bocadillo, y no iba a desaprovechar tal ocasión. Comiendo cerca de un camino, tuve una grata compañía, un pequeño felino extraviado, o quizás interesado por el olor del jamón….jajaj…poco después aparecería su  amo.

Ya después de comer las capturas fueron menos numerosas, pero iban manteniéndome entretenido. De ríos como este es fácil disfrutar a poco que pongan de si nuestras amigas las pintonas, las tiradas son preciosas, y las truchas están aunque a veces pensemos todo lo contario.




Lance tras lance fue pasando la tarde, hasta que llegue al límite superior y me empecé a encontrar con más y más pescadores, asique  recogí las cosas y sabiendo que me quedaba una hora de caminata carretera abajo , me despedí de mi querido Burbia.

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